Sigue tu camino niña,
sé fiel a tu idea siempre.
Y agradece cada día,
tener una idea propia a la cual serle fiel.
Y cuando la sombra de la enfermedad
se una a tu sombra,
no tengas miedo.
La ciencia está de tu lado.
Sigue tu camino niña,
mira de cerca y verás,
otra piel bajo su piel.
Entonces entenderás mis palabras.
No te angusties niña por ensuciar tu vestido,
el agua de todos los ríos que cruces,
alcanzará para limpiarlo de nuevo.
Procura sí, no ensuciar tus manos
(la maldad suele quedarse bajo las uñas),
ni tu boca
(el sabor amargo de la perfidia suele permanecer sin extinguirse).
Cuando comprendas que tu cuerpo
funciona en la más perfecta armonía
y lo cuides por eso y para eso.
Entonces, habrás dado el primer paso.
Y cuando comprendas que tu cuerpo
es la casa de tu esencia
y que la carne indefectiblemente cambiará.
Entonces, habrás entendido todo.
Cuídate, niña de los ojos verdes.
No creas en nadie. Nunca.
Sé feliz. Siempre.
