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4 may 2011

Ciclo // La música me lava el alma



Por casualidad hoy escuché estos temas, me los presentaron o me los volví a encontrar después de mucho tiempo. Acá los dejo como un pequeño muestrario de esas letras que me pueden. La música tiene esa magia.

Siempre agradecida a sus autores, por haberlas creado.

I

Hice todo lo posible por seguir,
cambié el color de mis ojos por marfil.
Acostumbrado a mentir,
acostumbrado a reír.

Van mil días que no sé lo que decir,
sin ideas de Buenos Aires a Junín.
Oyendo letras de folk,
leyendo un libro de amor.

Te busqué pues cada vez que te encontré,
y en tus ojos no ví brillos como aquellos
del show en el tinto bar
cuando me viste cantar.

Y el verano trajo luces sobre el mar,
y entendí que hay mil maneras de dar.
Aunque no te haya hecho bien,
a mi manera te amé.

No soy el tipo que parezco ser,
no soy el tipo que tú crees ver.
Sé que no es fácil para mí ser yo.

No hay una sola razón para sufrir,
las cosas siguen su curso como el Rhin.
El río no tiene fin
sigue su vida en el mar.

Y hoy estás radiante como Nueva York,
y yo estoy pensando en otro lugar.
No tengo nada que hacer,
esto no da para más.

Estelares, Aire. 2006.

Gracias papá, por todo lo que me enseñas día a día. Te amo, ayer, hoy y siempre. Tu cuarta hija.

II

Ojalá que las hojas no te toquen el cuerpo cuando caigan,
para que no las puedas convertir en cristal.
Ojalá que la lluvia deje de ser milagro que baja por tu cuerpo.
Ojalá que la luna pueda salir sin tí.
Ojalá que la tierra no te bese los pasos.

Ojalá se te acabé la mirada constante,
la palabra precisa, la sonrisa perfecta.
Ojalá pase algo que te borre de pronto:
una luz cegadora, un disparo de nieve.
Ojalá por lo menos que me lleve la muerte,
para no verte tanto, para no verte siempre
en todos los segundos, en todas las visiones,
ojalá que no pueda tocarte ni en canciones.

Ojalá que la aurora no dé gritos que caigan en mi espalda.
Ojalá que tu nombre se le olvide a esa voz.
Ojalá las paredes no retengan tu ruido de camino cansado.
Ojalá que el deseo se vaya tras de tí,
a tu viejo gobierno de difuntos y flores.

Silvio, Ojalá. 1969.

Y confieso que por más que hoy entienda todo el trasfondo político que encierra, me gusta seguir pensando que esta es una hermosa canción de amor, como cuando era muy chiquita y la escuché por primera vez.

III

Un elefante alienado camina hasta acá,
siento venir sus pisadas camina hacia acá.

Si me miras así, me pongo así
tu boca es el río.

Duende travieso que quiere engañarme otra vez.
Pone en tu cara, caras que no olvidé.

Pero hay algo que llega hasta acá,
desde antes de los tiempos viene y llega acá.

Baila mi vida,
no dejes que llegue el dolor,
este momento
es todo lo que tenemos.
El futuro es tan incierto
pero esta noche es para siempre.

No sé realmente si yo me comprendo muy bien
entonces como pretender entenderte a vos?

Tus piernas van,
son largas van,
me miran de esa forma como un animal.

Baila mi vida, no dejes que llegue el dolor.

Sancamaleón, Baila mi vida. 2007.

Casi Tantor, mi elefante gris.