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17 sept 2010

Entonces, qué me queda?



Vení sueño, vení y llevame con vos. No quiero más estar acá. Sos lo único que me queda. Soy lo único que tengo.

Y esto no me gusta nada.

9 sept 2010

Hallazgos de la pendejita feliz



Le costó, pero la pendejita feliz se dio cuenta de algunas cosas,

Primero: Se convirtió en una verdad irrefutable, aplicable a cualquier ámbito de su vida, la frase …“persevera y triunfarás”… Hasta ahora nunca le ha fallado.

Segundo: No hay nada mejor en esta puta vida que tener una sonrisa en los labios. Nada, nada se le compara.

Tercero: Le gusta disfrutar de ese “buenos días” tibiecito que siempre llega unido al café con leche o al mate amargo. La frase amable del compañero de trabajo, del amigo. Y además, gusta mucho el piropo de todos los días y también el escondido, que se deja madurar y un día se suelta.

Y esos tres hallazgos ya le alcanzan. Ya convierten a la pendejita feliz en alguien con vida propia. Se independiza y se va. Por las calles de Buenos Aires. Eso sí, se va sin cargas, sin mochila, sin bolsa, sin paraguas, con una pluma invisible que escribe lo que ella le dicta. Pero, lo más importante, y en esto si es igualita a su autora, la pendejita feliz se va, por las calles de Buenos Aires, con una sonrisa en los labios.

N.

4 sept 2010

Te presento...

En esta humilde entrada de blog tengo el honor de presentar a la Pendejita Feliz.

Su creadora camina por las calles de Buenos Aires, ocupada con pensamientos concretos, dibujos, números, sí, sobre todo números. Pero de repente siente un golpe. Fuerte y en medio de la cara. Creo que a eso le dicen inspiración. Yo más bien lo describiría como una ola de palabras, una verborragia mental, las imágenes hechas prosa. No le queda otra que agarrar cualquier papel y una birome, o el celular, cualquier forma de dejar todas esas ideas escritas en algún lado. Dan ganas de tener una pluma invisible al lado a quien dictarle para que no se pierda ni una sola frase. Dan ganas de ya no estar cargada de mochila, bolsa, paraguas y demás trabas, sino libre, y escribir. Sólo escribir.
Y es ahí cuando cae en la cuenta, ha creado un personaje. Ella misma se ha convertido en su personaje. Ojo, la pendejita feliz no es toda verdad, su alma tiene mucho de ficción y no se condice enteramente con su autora. El lector que tenga el ojo entrenado sabrá diferenciar que es real y que es ficticio en la pendejita feliz. Lo cierto es que la cosa es irreversible, la pendejita feliz existe. Y reclama atención de mi parte.

Nota: La pendejita feliz está dedicada a los lectores de este blog. A los asiduos, pocos, pero me consta que existen y también a los que por casualidad caen en estas líneas. Al niño que me dijo…”tenés un estilo”… y con esas tres palabras me liberó por completo. A los que me dicen que recuerdan lo que yo escribo. En fin, a los que quiero y me quieren, que son mi única razón de ser.

N.