Me quejo del tiempo que siempre pasa como quiere, como se le antoja. Por qué no usa el mismo reloj si estoy apurada, si estoy embolada o si estoy en un examen? Por qué sólo él puede decidir medirse según sus deseos? Ya sé, mañana voy a cambiar mi reloj pulsera con manecillas de metal por un reloj de sol, a ver como me va. Quizás así logre que el tiempo pasé lento en los momentos lindos y rápido en los feos.
1 comentario:
Creo que fue a partir de esta entrada cuando me hice cargo del blog por completo.
Saludos,
N.
Publicar un comentario