30 dic 2012
25 dic 2012
Tereré
Y es casi como el olor de tu pelo, pero no hay nada más
embriagante. Vení, enredate conmigo, avancemos hasta que el camino de vuelta
quede tan lejos que ya no sea posible. Vení, perdete conmigo. Me preguntás si
te dejo… la pregunta correcta es si podemos, si los dos podemos soportar esto. Es
mejor que el fuego y el viento juntos, puede derribar cualquier cosa. Probá con
arriesgarte… me preguntás como se hace eso… bueno, es como meterse al mar hasta
no hacer pie y de ahí un poco más. Alguna vez corriste tan fuerte, sin mirar
atrás, sin saber por donde ibas? Deberías.
20 dic 2012
Es esa luz que tenés alrededor
El reloj en mi cocina vuelve el tiempo para atrás, posta.
Cuando algo no funciona, cuando realmente una sabe que algo no funciona pero no
conoce el porqué, hay que dejarlo ir. No preocuparse más. Y no sólo al reloj me
refiero. Digo, es como cuando te imaginás algo. Es impresionante el poder de la
imaginación, para estar hasta en el más mínimo detalle. En esos momentos soy
capaz de ver colores, de ver gestos, de ver palabras, porque todo se trata de
ver, no de sentir, ni hablar, eso no existe en los sueños. Cuando soñás sólo
ves, lo pensaste? En los sueños no hay sabores, ni olores, ni tacto, sólo ves.
Es casi como un sueño de esos tan vívidos que cuando te despertás vas al espejo
para ver si son ciertos. Es imaginarse todo, e imaginárselo perfecto, obvio.
Para eso están los sueños. Para que las cosas se compliquen está el resto, lo
que queda.
Y hay veces en que uno ve todo tan claro, tan directo, tan
simple. Eso es lo que tiene de bueno la ilusión, se pierde casi tan rápido como
aparece. No es como la esperanza, esa es la peor. Y una tortura que tarde tanto
en irse. Pero cuando al final también perdemos la esperanza, ahí si que viene
el alivio. El alivio y la felicidad, todo junto. A la mierda con la esperanza.
(siempre tan susceptible, para variar)
9 dic 2012
Reflexiones de bar
Nada más constructivo que ponerse en el lugar del otro. Pero
no falsamente imaginando como reaccionaría uno, que haría uno en esa situación.
Sino realmente estando en el lugar del otro, que te toque vivir lo que antes
sólo criticabas, lo que antes veías de afuera y no podías entender. Y llegar a
decir… “la puta madre, que equivocada que estaba al juzgar a esa persona, me
tocó a mí e hice exactamente lo mismo”. Eso es aprender.
(Agradezco infinitamente no tener acceso a esas fotos!) :)
5 dic 2012
Suscribirse a:
Entradas (Atom)